REPÚBLICA CHECA- PRAGA
Llegamos a la ciudad de Praga, una ciudad que parece un cuento medieval con tantas torres y calles adoquinadas y a pesar que siempre investigo y programo con tiempo cada uno de los viajes, hay una realidad que los enriquece: Los»walking free tour» .
Están en todas las ciudades del mundo, se encuentran en esquinas o plazoletas del lugar y se identifican por el color de sus paraguas de acuerdo al idioma del guía. En general son lugareños o estudiantes de arte o historia, no tienen un precio fijo pues al final del tour dejas la propina que consideras razonable por su labor.
Nuestro guía en Praga fue Moises. Nos agradó tanto su manera de relatar la historia, que realizamos dos paseos con él. Descansamos media hora en el almuerzo antes de comenzar el Tour al Castillo de Praga, subiendo a un tranvía que nos trasladó a la zona mas alta.
La ciudad esta ubicada a orillas del Rio Moldava y sus barrios principales tienen cada uno su particularidad: residencial, palacios barrocos, elegantes y remansos de tranquilidad.
Con calles angostas, es fácil moverse entre ellos o en transporte publico y conocer el Castillo de Praga, la Catedral de San Vito, la Ciudad vieja con su reloj astronómico y el Puente de Carlos
En la época de nieve, cuando las calles se transforman en verdaderas pistas de hielo, es importante contar con un buen par de botas o un par de suelas antideslizantes (Crampones) para reducir el riesgo de caídas al caminar sobre la nieve y el hielo .
Sobre el Puente de Carlos hay varias esculturas de santos y personajes históricos que lo convierten en uno de los mas bellos del mundo.
Entre esas estatuas, la que tiene su historia es la de San Juan Nepomuceno, confesor de Sofía de Bavaria esposa del rey, quien ordenó cortarle la lengua y arrojarlo al río porque se negó a revelar sus secretos íntimos.
Sabias que cuando construyeron el puente utilizaron yemas de huevo? En esa época empleaban ese tipo de mezcla con el fin de hacerlo más fuerte.
Resulta estremecedor visitar el cementerio judío (el mas antiguo de Europa) que se encuentra en medio de la ciudad.
Durante casi 300 años fue el único sitio donde se permitía enterrar a los judios y como no había espacio suficiente, los cuerpos se enterraban unos arriba de otros superponiendo las lápidas. Debajo sobre los toldos, funciona un mercadillo.