LA HABANA- PROVINCIA DE CIENFUEGOS-MUNICIPIO DE MORÓN- PROVINCIA DE ARTEMISA-TERRAZAS.
Esta isla extensa en el Caribe fue elegida como segundo hogar por Hemingway, García Márquez y Ava Gardner y si bien algunos simpatizan con su política y otros son sus detractores, lo cierto es que su atracción turística ha crecido en los últimos años al margen de cualquier tendencia o doctrina.
Para los busques que navegaban las aguas del Atlantico, La Habana fue un lugar estratégico y sufrió ataques piratas hasta que la corona española levanto la Fortaleza conocida como el Castillo de la Real Fuerza.
Dentro de los quince municipios que tiene la ciudad, el más interesante es la Habana Vieja pues allí se encuentran todas las construcciones históricas, las iglesias, los fuertes, las mansiones, el Capitolio Nacional, el Gran Teatro de la Habana y el Museo del Ron. Tiene cuatro plazas que siempre están animadas y rodeadas de bares: : la Plaza de la Catedral, la Plaza San Francisco de Asís, la Plaza de Armas y la Plaza Vieja.
A solo media calle de la Catedral, en un camino de piedra, esta la Bodeguita del Medio, uno de los bares mas famosos de la Habana donde acostumbraba a ir Ernest Hemingway.
El apelativo del lugar se debe a que todas las bodegas y cafés de la isla, siempre han estado ubicadas en una esquina y a ésta la construyeron en el medio.
Sus paredes están llenas de leyendas, autógrafos, mensajes y fotos. Nuestro guía nos dio “carbonillas” para dejar escritos nuestros nombres en las paredes del salón donde se fuman los habanos ya que ese mediodía dicho recinto, había sido dispuesto para nuestro almuerzo.
En este establecimiento se sirven platos y tragos representativos de Cuba.
El platos típico es arroz blanco, negro, frijoles y“ropa vieja” (carne que se desmenuza sola de tantas horas de cocción) y el ‘mojito cubano” hecho de hierba buena, azúcar, limón y soda.
Luego, paseando por una de sus calles principales llamada Obispo,(además de la calle Mercaderes y Oficios) fuimos a conocer el bar que es la cuna del daiquiri: El Floridita.
Con mas de 150 años de antigüedad, sigue siendo muy tradicional y no han cambiado las mesas ni la barra donde iba a escribir Hemingway. Han colocado una imagen de él, en el mismo rincón donde se sentaba con sus amigos junto a una foto suya con Fidel Castro.
Para preparar un daiquiri, hay que combinar ron, jugo de limón, azúcar y cubitos de hielo colocando todo en una licuadora..
Por la mañana, recorrimos la Feria de San José cerca del puerto, donde se vende todo tipo de artesanías y conocimos a lo largo de la Avenida Reina, los diferentes edificios gubernamentales junto a la Central Telegráfica.
Caminando con el guía, hicimos un alto en el Palacio Aldama y nos explicaba que fue un lugar donde se realizaban encuentros literarios, una importante sede de actividades sociales de la aristocracia habanera. Hoy alberga el Instituto de Historia de Cuba
Pasamos frente al Hotel Ambos Mundos, también conocido por ser otra de las residencias donde se hospedaba Hemingway para escribir y luego regresamos a pie, solas, hasta nuestro hotel, para ir recorriendo el Malecón y vivenciar esa parte significativa de la vida en la ciudad y sus habitantes fuera de las rutas turísticas.
Cuando la tormenta ya estaba sobre nosotras tomamos un Coco-Taxi, cuyo conductor era un simpático cubano que se animo a tomar una selfie de los tres.
Es un paseo que se extiende a lo largo de toda la costa de la ciudad, tiene unos 8 km de largo y es un lugar habitual para los habaneros, principalmente al atardecer cuando se reúnen para caminar, charlar y bailar. Luego de varios accidentes en la zona, el gobierno ya no los deja bañar en sus aguas, está prohibido
Conocimos también el Municipio de Morón, una zona de caña de azúcar y mangos, de donde es oriundo Ramon, nuestro chofer, quien hace gala de tener un auto antiguo norteamericanos de los años 50, para usarlo el único fin de semana al mes que puede ir a su casa.
En otro de los recorridos por la Provincia de Cien Fuegos, al pasar por el Rio Jatibonico, el guía nos comento que es un pueblo de sobrevivientes, porque la represa que allí había, cuando aún estaba en construcción, hubo una gran crecida del río amenazando la ruptura del dique y el desborde del agua sobre la población. Debido a ello fueron forzados a abandonar la zona a media noche en trenes, ómnibus, camiones, carretones y bicicletas 35.000 personas del lugar y pueblos aledaños .
También recorrimos la Provincia de Artemisa, una provincia agrícola donde esta el Orquideario de Soroa
A unos pocos metros de la carretera el paseo de la cascada del Salto de Agua.
El sendero para llegar hasta la cascada es algo comprometido pues tiene mucho musgo y resbalas. Varios de nuestro grupo, terminaron cayéndose y regresando al punto de partida.
Muy cerca de allí, esta Terrazas una comunidad modelo de 200 casas que recuperaron tierras del carbón. Allí almorzamos en el Rancho Curujey una comida cubana y música de un grupo local.
En la guerra con Bolivia, esa zona fue un campo de entrenamiento de la guerrilla internacional, así llegaron a esta zona de caminos escarpados y grandes árboles Ernesto Che Guevara y un grupo de combatientes para realizar su entrenamiento militar antes de irse a cumplir una de sus misiones .
Por la misma autopista, realizada en los años 80 por Rusia (la cual nunca se llegó a finalizar) pasamos por el pueblo de Taguasco, zona arrocera y de caña de azúcar.
Cruzando los pueblos del camino, se observan edificios y viviendas despintadas, frentes apuntalados con vigas de madera que parecen decorados de un teatro pues detrás de ellos, está la hierba y el abandono
Los cubanos saben reírse de sus peores etapas vividas y lo manifiestan en los recuerdos de escasez extrema ocurridos durante los años 90, el llamado: “Periodo Especial”, cuando desapareció el bloque socialista del este europeo, principal socio comercial y financiero de Cuba.
Me cuentan entre risas que durante esa etapa …. “no quedaron gatos ni perros en La Habana. “Que las vacas de Cuba durante ese período no daban carne ni leche: daban lástima.…Que a los trapos de piso muy viejos los pasaban por huevo y leche, los freían y los vendían como alimento.…Que fue una época de “alumbones”, no de apagones, pues solo de vez en cuando venia un” alumbron” y luego continuaban sin energía eléctrica.
Que las bicicletas chinas que habían repartido entre la población comenzaron a oxidarse y quedarse sin repuestos…había que ingeniárselas para conducirlas en el barro. ”…..
Y mientras continúan contándome anécdotas de ese oscuro periodo especial sufrido por el pueblo cubano, observo que asoma un carro de caballos desde un camino aledaño a la autopista. Lleva orgulloso una inscripción: “Soy amigo del que quiere y enemigo del que se lo busca “
Como la mayoría de los sectores, el transporte colapsó en los años 90 por eso es muy frecuente ver por las ciudades y pueblos de Cuba carruajes tirados por caballos
Al igual ocurre con otros coches más rústicos que funcionan como transporte público, como los camiones a los cuales le han techado la parte trasera para transportar pasajeros. Antes se utilizaban mucho las guaguas (buses de transporte público), pero con la crisis, casi no hay piezas de repuesto.
Ante la falta de vehículos, el pueblo cubano recurrió a medios que no dependieran de los hidrocarburos y comenzó a utilizar caballos, bicicletas y triciclos.
También aún funcionan por las ciudades cubanas automóviles estadounidenses de los años 50 o los Lada, del bloque soviético. Muchos los utilizan lucrándose con el turismo.
En el trayecto de la carretera camino a La Habana, distancia de unos 400 km, tardamos casi 8 horas en circular, pues a la falta de mantenimiento del asfalto, debes sumarle el límite de velocidad existente para evitar accidentes, la estrechez de su calzada y la cantidad de coches tirados por caballos que son el medio de transporte más común en Ciego de Ávila.
También a partir del llamado Período Especial, la botella (hacer un viaje gratis en el vehículo de otra persona que va en la misma dirección) se convirtió en una de las formas más solicitadas de transporte urbano.
Así lo expresaba nuestro guía al decir que le gustaba “caracterizar la autopista” haciéndome saber que hay dos personajes que se paran en la ruta para hacer dedo.
El que quiere viajar sin pagar, al que se lo llama: botellero y el que se pone el dinero que ofrece para el viaje tipo ramillete entre sus dedos, se lo llama abanico.
No es difícil adivinar quien realiza el viaje primero. Las mujeres asimismo son las mas beneficiadas.
Nadie como los cubanos tiene tan arraigado en la sangre el sentimiento por el argentino «Che” Guevara.
A pesar de que solo vivió seis años en Cuba, acompaña a los cubanos por todos lados…Vigila los caminos desde sus carteles y es figura de devoción y ejemplo para muchos de ellos.
Son ingeniosos, para simpatizar con las personas al utilizar el billete de $3 con la cara del Che Guevara y regalar al turista como algo valioso. Pero, escondido en su figura, escriben a mano su teléfono celular para que los llames.
La última noche en la Habana, fuimos a cenar al Ranchón del Hotel Nacional y al Cabaret Parisiene que presento su revista musical “cubano, cubano” que recreaba la fusión de las culturas indoamericanas, hispanas y africanas que dieron origen a la cultura cubana.
Pero tres días en La Habana me dejaron con sabor a poco.
Me quede con ganas de saborear un helado en la famosa heladería Copelia, un clásico de La Habana que se hizo conocido por la película Fresa y Chocolate.
Me quede con ganas de conocer la Fabrica de Tabaco Partagas, donde muestran todos los pasos para finalizar el armado de un buen habano.
Me quede con ganas de alquilar bicicletas y recorrer las calles de la ciudad descubriendo sus callejones, lejos de los senderos que marcan al turismo.
Debido a los dos días de luto decretados por el gobierno, me quede con ganas de ver las plazas de fiesta por la noche. Porque en esas plazas se concentran los cubanos para bailar, divertirse y tomar ron, el que ellos llaman “chipetré” (una mezcla de distintos rones de mala calidad que consiguen en el mercado negro, porque el ron de marca es caro).
A pesar del duelo por el accidente aéreo y la muerte de todos sus pasajeros y su tripulación, los jóvenes locales, amparados en la oscuridad de las calles de la Habana, escuchaban música con sus teléfonos celulares en volúmenes bien altos.
Me quede con ganas de compartir “la rampa”, ese lugar divertido por el que los cubanos acostumbran a pasear. Son solo dos cuadras de una calle que baja al mar desde el Hotel Habana hasta el Malecón (solo lo vimos de refilón cuando nuestro autobús nos llevaba de regreso al hotel)
Y también,, quede con ganas de conocer las Playas del Este de la Habana, con el pueblo de pescadores de Cojimar, pueblo que sirvió de inspiración a Hemingway para escribir “El Viejo y el Mar” .
Quizás deba regresar por tercera vez …