VARADERO, CAYO BLANCO , BOCA DE CAMARIOCA, PUEBLO DE LA CARBONERA, MUNICIPIO DE MATANZAS , CUEVA DE SATURNO, RÍO CANIMAR ,
Si bien el nombre de Varadero tuvo su origen en siglos anteriores cuando los barcos que se acercaban demasiado a sus costas quedaban “varados”debido a la poca profundidad de sus aguas, si quieres realmente conocer la zona, no hay que permanecer “varado” dentro de los hoteles que brindan actividades y diversión continua a los turistas.
Los días que estuvimos allí, solo bajamos a sus arenas un día de lluvia ausente de turistas, pues a pesar que sus playas son bonitas, están saturadas de visitantes, reposeras y quinchos que utilizan para resguardarse del sol y beber infinidad de tragos preparados por el hotel donde se alojan.
Hicimos una excursión en jeep Safari pasando por el pueblo de pescadores Boca de Camarioca, conocido por ser protagonista del primer éxodo masivo de cubanos hacia Florida.
Actualmente el crecimiento de su población se ha visto favorecido por el centro turístico de Varadero y dependen mucho de él. Las antiguas casitas de madera han sido reemplazadas por pequeñas casas de material y edificios de dos plantas.
Me dice una cubana: «las casas de material son de los cubanos que trabajan del turismo para el gobierno».
Luego continuamos hasta el pueblecito de la Carbonera, cruzando el Municipio de Matanzas hasta la Ermita de Montserrat construida allí por los catalanes y que es el punto más alto de la ciudad.
Continuamos con la visita a la Cueva de Saturno pudiendo bañarnos en un “cenote”, una cueva en la montaña con aguas transparentes y buena temperatura . Desciendes por una escalera de madera hasta el agua .
Paramos para un almuerzo típico cubano en la Finca la Arboleda y luego llegamos a un área protegida, al Río Canimar para hacer una navegación en lancha a lo largo de sus manglares.
Parte de su nombre: Cani, se lo debe al último jefe aborigen más importante de la zona. Y Mar, porque desemboca en el mar.
También realizamos un crucero a Cayo Blanco, tan solo a 40 minutos de navegación desde el puerto de Varadero, en un catamarán turístico donde abundaron como de costumbre las bebidas y la música.
En medio de la navegación anclamos en una zona de arrecifes para practicar snorkeling y luego visitamos un delfinario instalado en medio del mar.
El pueblo de Varadero es pequeño y se extiende en línea recta sobre algunas calles numeradas que si mal no recuerdo van del 1 al 70.
Lo más conocido es la Casa del Ron y la Casa del Chocolate .
En la puerta a la casa del Ron hay un cartel que advierte a los cubanos » no entrar con jaba» , entre ellos irónicamente dicen que las cuatro extremidades del cubano son las dos piernas, el brazo izquierdo y la JABA, que es una bolsa de plástico blanca, que llevan con ellos a todos lados para meter dentro de ellas la torta que sobra en los casamientos, todo lo que puedan llevarse a casa para comer o beber .
Para escuchar y bailar música, está la Casa de la Música que cada noche presenta un número en vivo diferente. Es un local muy simpático y divertido. Para música callejera, está la Calle 62 , una cortada y a un costado un bar. Por las noches se arma una orquesta y baile entre turistas y cubanos .
Iglesias solo dos, pues la santería es la religión que practican gran parte de los cubanos. Es una mezcla de costumbres y ritos africanos y europeos que han llegado a la isla. Entre sus imágenes mas veneradas está la Virgen de la Regla (oriunda de Andalucía) pero los cubanos la llaman Yemayá .
Nosotras fuimos a la Iglesia de la Virgen del Pilar (ellos la llaman Santa Teresa) a llevar las flores que me habían regalado por mi cumpleaños. Fue una mañana tremendamente lluviosa pues había comenzado la época de los ciclones y solo una familia completa ha concurrido antes de la ceremonia a confesarse.
Solo somos ellos, nosotras con Juana y tres feligresas. Se alegran por las flores a la Virgen, «Madrecita que alegría como se han acordado de ti » y comenta apesadumbrada:»Desde el 13 de enero que no tiene flores, apenas de vez en cuando algunos gladiolos, mira como tiene sus floreros vacíos »
La tormenta corta la luz. Sin cristales en sus ventanas se limitan a cerrar las celosías para frenar la entrada del agua. Apenas se escucha la voz del sacerdote, con tranquilidad y devoción finaliza la misa .
Nos vuelve a buscar el mismo taxista del hotel .
Comenta con tristeza como la época de lluvia arruina la cosecha que se hizo del tabaco y también la salud de muchos cubanos que comienzan con problemas respiratorios debido a los cambios de temperatura y humedad constante.
Me voy de Cuba con el corazón roto…Pensando como dicen por allí, que a la Revolución “No se le pide, se le da» y que desde hace mucho tiempo el pueblo cubano es únicamente dueño de sus pesares y miserias.
Me voy de Cuba pensando en las palabras de Hilda Molina, medica cubana muy cercana a Fidel Castro que llegó a ocupar cargos importantes dentro del partido desde su juventud hasta que después de muchos años totalmente desencantada con el régimen , luego de muchas penurias pudo emigrar junto a su hijo a la Argentina , dice así:
“Me entristecen las crecientes penurias del pueblo cubano en contraste con la opulencia impune de muchos, en el seno de una revolución supuestamente sustentada en principios justos, donde se legitima la ilegalidad con un activo mercado negro ante las palpables iniquidades sociales y una minoría decente que prefiere adaptarse a las circunstancias y aguardar, con la esperanza que al madurar el proceso vendrán épocas mejores » Hilda Molina , Mi Verdad .
Es Doctora en medicina, se graduó en la Universidad de la Habana en Neurocirugia, especialista en restauración neurologica y Miembro del Consejo Científico Asesor del Ministerio de Salud del país. Reconocida por numerosas comunidades científicas de neurocirguía internacionales y con las mayores condecoraciones que se otorgan en Cuba a los científicos y mujeres destacadas. En reconocimiento a sus méritos fue elegida diputada del parlamento cubano. En 1994 luego de un largo proceso de discusión con las autoridades del gobierno cubano, renunció por decisión propia absolutamente a todo lo que la vinculaba al régimen.