La celebración de las Fallas ha concluido, pero aún hay mucho por contar sobre Valencia. Mi deseo es que al leer este artículo puedan imaginar la ciudad y sentir que están experimentando todas las leyendas y lugares que dejaron una huella imborrable en mi alma.
Ubicada a orillas del Mediterráneo, la ciudad presume de la luz que ilumina sus calles toda la noche. Las farolas permanecen encendidas hasta el amanecer, permitiendo el acceso a sus paseos y secretos a cualquier hora del día y la noche.
En mi articulo anterior, mencioné que Valencia es una ciudad rica en cultura y que además de contar con un patrimonio histórico muy bien conservado, tiene una cara moderna y vanguardista: La Ciudad de las Artes y Las Ciencias, un complejo arquitectónico diseñado por Santiago Calatrava que combina arte, ciencia y tecnología. Este conjunto de seis edificios incluye el Hemisfèric, un cine IMax 3D; el Umbracle, un jardín para pasear; el Museo de las Ciencias; el Oceanogràfic, el mayor acuario de Europa; el Palau de las Artes Reina Sofía, sala destinada a la ópera y las artes escénicas, y el Ágora, como una plaza cerrada donde se celebran exposiciones de arte, conferencias, conciertos y espectáculos.

El Hemisferic es un espléndido cine IMAX con 900 metros cuadrados de pantalla, y además un planetarium.

Parte de los edificios que conforman el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Entre los edificios emblemáticos que se encuentran en el centro de Valencia destaca la Lonja de la Seda o de los Mercaderes, declarado Patrimonio de la Humanidad y que parece una fortaleza. Allí se reunían los comerciantes que venían de lejos para intercambiar todos tipo de productos y cerrar sus tratos en la Sala de las Contratación, cuyas paredes exhiben una inscripción en latín que recuerda a los mercaderes la importancia de comportarse correctamente o ser castigados.
La ciudad también alberga la Institución de Justicia más antigua de Europa, el Tribunal de las Aguas, que ha sido declarado patrimonio cultural de la Humanidad.
Todos los jueves al mediodía se celebra la sesión al aire libre junto a la puerta de los 12 Apóstoles de la Catedral de Valencia. Esta Institución medieval se encarga de resolver los conflictos que surgen entre los agricultores de la Comunidad de Regantes de las 8 acequias del Rio Turia relacionados con el uso del agua de riego.

Conocida como la “ fuente de las ocho acequias del Turia. El hombre representa al Río Turia y las 8 mujeres representan las ocho acequias del rio por donde fluye el agua hacia diferentes zonas. Cerca de allí sobre la puerta de la Catedral se celebra el Tribunal de las Aguas.
Explorar las calles de Valencia se convirtió en una experiencia mágica al descubrir como muchos edificios, plazas y esquinas están impregnados de historias y leyendas que se han transmitido de generación en generación.
Una de las leyendas mas famosa, es la de la Cotorra del Mercado, la cual narra que ella dominaba la Plaza del Mercado Central y mantenía diariamente un diálogo pícaro con el “Pardal de San Joan” la veleta de la Iglesia de los Santos Juanes ubicada frente a ella, contándole los chismes que había escuchado de la gente que pasaba por allí. Esta leyenda hace referencia al ambiente bullicioso y de cotilleo que se solía encontrar en ese centro comercial de la huerta valenciana.

Veleta de la Cotorra del Mercado.

Iglesia de los Santos Juanes, con el pardal de San Juan
La veleta del Pardal de San Juan, representada por el pájaro, también evoca sentimientos de tristeza ya que durante la guerra fue utilizada como una excusa por aquellos padres que no podían alimentar a sus hijos. Los llevaban frente a la iglesia y mientras se distraían con la veleta se alejaban abandonándolos en la plaza confiando en que alguien con mas recursos se hiciera cargo de ellos. “ Mira el pájaro niño, como tiene en su pico una bola, fíjate si la deja caer” y mientras observaban, sus padres se escurrían entre el gentío dejándolos en ese lugar.

Calle de Valencia, cafe y tapas.
Dejando de lado las leyendas, recuerdo haber recorrido y disfrutado un sitio magnifico dentro de la ciudad, se trata del Cauce del Río Turia.
Este paseo fue creado después de una grave inundación que sufrió la población por lo que decidieron desviar el curso del río y el antiguo cauce se convirtió en un parque con casi 9 km de espacios verdes, áreas de juegos infantiles, jardines botánicos, espacios culturales y los fines de semana pude disfrutar los conciertos de bandas de música valencianas.

Disfrutando los paseos en bicicleta

Puente sobre el antiguo cauce del rio.
Ademas de visitar el cauce del río, solía frecuentar La Malvarrosa, la playa urbana más concurrida de Valencia, que también era un lugar muy popular entre los lugareños. Este lugar adquirió un significado especial para mi después de leer “Tranvía a la Malvarrosa” de Manuel Vicent, un libro que describe de manera emotiva tanto la belleza y la sencillez de la playa como la importancia histórica del tranvía como medio de transporte en la ciudad.
El barrio adyacente a la playa, es el Cabanyal con marcado ambiente marinero de puestos de pescados y casas coloridas que ahora albergan algunos locales gastronómicos. Varias de estas viviendas solían ser alojamiento de los pescadores que fueron inmortalizados por las pinturas de Sorolla.

Otro sitio para visitar es la Albufera, paraje natural situado a pocos kilómetros de la ciudad. Esta reserva de agua dulce, es el hogar de gran variedad de flora y fauna
Explorar el Cabanyal es una experiencia única, pero si quieres sumergirte aun más en la cultura local no hay que perderse los mercadillos callejeros.
Los mercadillos callejeros son muy populares y se llevan a cabo los domingos por la mañana en varios barrios de la ciudad, donde los gritos estridentes y enérgicos de los vendedores para atraer la atención de los clientes son una de las características más distintivas.
Despues de disfrutar de los mercadillos callejeros y su amplia variedad de productos locales y artesanales, no puedo dejar de mencionar la deliciosa gastronomía valenciana y algunos de sus platos típicos los cuales tuve la oportunidad de descubrir en un curso de cocina al que me apunté en invierno; la paella y la fideuá.
La paella, es un plato que surgió como una comida sencilla y económica que los agricultores de la Comunidad Valenciana preparaban con productos de la huerta. Al principio el arroz se cocinaba con alcachofas, caracoles y conejo, ya que eran los ingredientes más disponibles en esa época. Con el tiempo la receta se fue enriqueciendo con la incorporación de otros ingredientes, como carnes y mariscos.
Después de explorar innumerables lugares en Valencia, me despido con el corazón lleno de recuerdos de un mundo rico en leyendas y vivencias personales que me ha recibido con los brazos abiertos.
Durante mi estadía, aprendí que los valencianos pueden parecer reservados al principio, pero en realidad son muy acogedores con los forasteros. Esto demuestra la gran importancia que le otorgan a las relaciones familiares y al sentimiento de comunidad. Aunque prefieran socializar en bares y plazas, esto no debe ser interpretado como una falta de hospitalidad, sino como una combinación única de reserva y amistad que varía de una persona a persona.
Me despido de los cielos valencianos, dejando atrás un mundo que ha sido muy generoso conmigo.

Antiguos galpones de cerveza y harina en la Playa de la Malvarrosa
Articulo publicado en la Revista Para Ti https://www.parati.com.ar/lifestyle/bajo-los-cielos-del-mundo-valencia-mas-alla-de-lo-que-ves/