PRAGA – LA CASA DE KAFKA, PARECE SACADA DE UNA CIUDAD DE CUENTO.
Oscurece muy temprano en el invierno de Praga, pero aún así fuimos al barrio del Castillo, al Callejón del Oro, donde el emperador Rodolfo II autorizó a que vivieran sus guardias. Eran casitas muy pequeñas porque no había mas espacio y a los soldados sólo se les pagaba con la vivienda y la leña.
En la actualidad muchas de esas casitas se han transformado en pequeñas librerías y negocios para los turistas.
Dicen, que el nombre del callejón surge cuando unos alquimistas que vivían en ese lugar, intentaron transformar el hierro en oro para el Rey.
Hasta ahí llego Kafka junto a su hermana buscando un lugar tranquilo para poder escribir. La mujer de Kafka, Dora Diamant, también cuenta una historia que solo ella supo: «Paseando por un bosque de Berlin, Kafka se encontró con una niña que lloraba porque había perdido su muñeca.Conmovido por la pérdida, se ofreció a buscarla e incapaz de encontrarla, escribió varias cartas que leía a la niña en voz alta como si fueran enviadas por la muñeca en las cuales le contaba sus aventuras de viaje.
Luego de un tiempo Kafka le regaló a la niña una muñeca nueva diciendo que su muñeca había regresado. La niña, notó que era diferente, entonces Kafka le leyó la carta que venía adosada a la muñeca y decía: “Mis viajes me han cambiado» .
En esta historia, la niña aprende que es posible reparar una pérdida.
La imagen que esta debajo, es un relato de Franz Kafka publicado en 1915 que narra la historia de Gregor Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo, quien un día amanece convertido en un enorme insecto.
Esta estatua que esta a la entrada del barrio Judío de Praga, simboliza a Kafka sobre los hombros de su padre. Pero su padre no tiene cara. Y a los pies de ellos hay una cucaracha .
En su libro La metamorfosis hay una mirada hacia el matrimonio y las relaciones familiares desde una perspectiva desagradable, que acaba con la muerte del protagonista. Todo ello, como sabemos, viene motivado por la biografía del escritor, que estuvo a punto de casarse en tres ocasiones, y en las tres se echó atrás y quien tuvo una relación muy difícil con su familia, especialmente con su padre.
Kakfa, como Gregor Samsa, era un hombre difícil para las relaciones sociales, introvertido, depresivo y temeroso de los demás.