PETRA- WADI MUSA- JORDANIA
Desde Amman, la capital jordana donde reside casi la mitad de la población, seguimos por la carretera del desierto, hacia las ruinas de la antigua ciudad nabatea de Petra, pasando primero por una pequeña ciudad que ha surgido gracias al turismo siendo solo un conjunto de hoteles, restaurantes, tiendas y casas que se extienden apenas unos 5 km.
Su nombre es Wadi Musa,«Valle de Moises», porque el profeta durante el Éxodo, pasó por ese valle y golpeó una roca de la que salió abundante agua.(Números 20:10-11)
Mientras cruzábamos el gran desierto árabe,el guía nos hizo una breve introducción sobre algunas costumbres de Jordania.
-Existe la pena de muerte para los terroristas y para aquellos que violan menores.
-Es un país mayormente musulmán que respeta la libertad de culto.
– Los cinco pilares del Islam que todo musulmán debe cumplir: La profesión de fe (Shahada), la oración (Salat), la caridad (Zakat), el ayuno (Swan)y el peregrinaje a la Meca (Hajj).
– Arabia, da turnos a los países islámicos para llegar a la Meca y las vías de ferrocarril que veíamos al costado del camino del desierto fueron construidas por Alemania hace tiempo para facilitar la peregrinación a los jordanos .
– Que los camellos beben 180 litros de agua en diez minutos y que la depositan en sus patas para soportar los 70 grados centígrados de la arena y que los beduinos conociendo su carácter, acostumbran ponerles música cuando están enojados.
-Que la vestimenta de las mujeres musulmanas suele cubrir las piernas, los brazos y el pelo y no es común ver hombres con pantalones cortos.
En el camino vimos tiendas beduinas con sus cabras y me dió la sensación que en ese paisaje, la vida pasa tan despacio que parece que no va a ninguna parte.
Ya pasaron más de 20 siglos y las costumbres poco han cambiado. Piensas en las primaveras árabes que se han iniciado en otros lados y notas que aquí, sus aspiraciones parecen no ir mas allá de las montañas que suben en verano o de los valles donde descansan los inviernos. Son nómadas que restan importancia a las cosas materiales, se apoyan unos a otros y siempre con su “hatta” (el turbante árabe) de cuadros rojo y blanco. Cuando hay que mudarse de sitio, simplemente se levanta la tienda y se instala en otro lado. El gobierno jordano los deja. Subsisten con sus artesanías y los derivados de la leche de cabra.
Después de varios kilómetros llegamos a nuestro destino, la ciudad de Petra.
No se sabe con exactitud cuando se construyo Petra, solo que el asentamiento humano duro 10.000 años y que la ciudad prosperó como capital del Imperio Nabateo desde el siglo I a.C y se enriqueció con el comercio. Varios siglos después fue destruida por un terremoto, cambiaron las rutas comerciales y comenzó a declinar hasta que finalmente fue abandonada.
Varios años mas tarde fue re descubierta por un explorador suizo quien vistiéndose de árabe convenció a su guía beduino para que lo llevara a la ciudad perdida.
Oculta entre las montañas Petra, que significa piedra y es el nombre femenino de Pedro, es una ciudad excavada en la roca por los nabateos, con edificios y tumbas reales.
Una tribu árabe nómada que hablaba la lengua de Cristo, el arameo . Petra se menciona en el Antiguo Testamento de la Biblia bajo varios nombres, entre ellos Sela, que significa en hebreo la gran roca.
Se establecieron en la zona sentando los principios de un imperio comercial que llegaba hasta Siria, Alejandría, Jerusalem, Damasco entre otras, convirtiéndola en una ciudad de paso que unía las rutas de la seda, del betún, incienso, mirra y especias. Un comercio caravanero de lujo , cuyas mercancías estaban sujetas a pagar enormes tasas tributarias cuando llegaban de los rincones más lejanos de Oriente cargados de productos exóticos .
No existen muchos datos sobre el reino nabateo. Solo información arqueológica y las narraciones de Flavio Josefo, que permite constatar que a mediados del siglo II a.C existía una familia real en Petra que afianzaba su reino comenzando a construir un cementerio real tallado en la roca. Hay gran cantidad de tumbas y todas están vacías . Muchas sobre el nivel del suelo y otras en lo más alto.
Se mantuvo oculta durante siglos gracias a su posición geográfica en medio de un laberinto de cañones excavados en la roca que eran una barrera natural para evitar ser descubierta. En la actualidad solo se ha rescatado de las arenas del desierto un 20% y aún falta perforar el ochenta por ciento de la superficie de Petra.
La entrada a la ciudad se realiza a través del Siq (palabra árabe que significa desfiladero) un estrecho cañón de un kilómetro y medio de largo rodeado de acantilados. El Siq abre paso a la fachada mas impresionante de Petra, el Tesoro,o Al Khazna, que tiene en lo alto, una urna funeraria que la leyenda local cuenta que esta llena con el tesoro de un faraón, por eso vas a notar varios impactos de bala sobre el mismo, porque tanto los beduinos como los otomanos disparaban sus fusiles para hacer caer lo que supuestamente estaba dentro.
Fue una ciudad solo para algunos privilegiados que vivían en ella, por eso además de las tumbas tenía un teatro, templos, almacenes, mercados, palacios, obeliscos, altares y calles con columnas .Las fachadas dispersas de piedra arenisca con vetas de colores rosados corresponden en su mayoría a las tumbas de los riquísimos comerciantes nobles y monarcas .
El recorrido puedes comenzarlo caminando, en burro, camello, calesa o con un guía como fuimos nosotros. Lo primero que se ve son los Djin Blocks, monumentos de piedra cuadrados construidos por los nabateos que al día de hoy, dicen que se escuchan las voces de los espíritus mientras cantan y bailan.
Seguimos caminando y nos encontramos con la Tumba de los Obeliscos, la calle de las Fachadas que son varias tumbas nabateas con un altar de sacrificios en honor al dios Dushara (aún se puede ver por donde la sangre caía).
Hay también un teatro que fue construido por los nabateos y ampliado por los romanos con un anfiteatro que fue desenterrado de las arenas recién en 1961 .
Hay una calle romana pavimentada y varias tumbas mas. Entre ellas se destaca la tumba de Urn con escaleras y arco que permiten llegar a la entrada, la tumba de la Seda y la del Palacio.
Otra construcción importante es el Monasterio, pero para llegar a él, hay que subir 900 escalones excavados en la roca de difícil acceso. Los niños locales con sus miradas pícaras, se ofrecen a guiarte hasta arriba caminando o a lomo de burro por los senderos escarpados y estrechos. Son baqueanos y los conocen bien.
Cuando pasas el desfiladero , varios artesanos de la Ciudad de Wadi Musa y del cercano asentamiento beduino tienen pequeños puestos para vender artesanía local como joyería o botellas de arenas de colores .
Otros se dedican a alquilar caballos, burros , camellos o «calesas», que incluyen el acompañamiento de un cuidador mientras recorres los caminos del lugar.
Nuestro guía nos advirtió que estemos atentos una vez que hayamos pagado la entrada al recinto de Petra con los jordanos que vienen a ofrecernos caballos diciendo que están incluidos con la entrada ya que no es verdad y si aceptas ,cuando te bajas de cabalgar apenas una cuadra, te exigen que les des la propina que es obligatoria algo más de 10 dinares jordanos.
Los nabateos era maestros en ingeniería hidráulica y construyeron una presa para desviar las riadas y en el desfiladero numerosos canales tallados en la roca(cuyos restos son aún visibles), que conducían el agua hacia las fuentes y estanques de la ciudad .
En algunas cuevas, ves las mantas que deben ser de los comerciantes que pasan sus días allí por los turistas. Ves burros descansando sobre las rocas y si bien hay algún «cofee shop» al final del desfiladero, se recomienda no beber agua que no sea envasada, asique desistimos del café y del te, el cual te ofrecen en los negocios donde compras algo como un signo de amistad.
Mientras conocía la tierra de los jordanos, he disfrutado los momentos que compartí con la gente del lugar. Aprendí de su idiosincrasia, su cultura y sus costumbres. Son buena gente con una gran habilidad para el «regateo» y la «oportunidad”.
Las mujeres son reacias a conversar con el extranjero y solo en Jerash alguna ha sonreído al pasar. Los niños te saludan cuando pasas y se muestran curiosos.
Nos dijo una mujer en Jerusalem: » No vayan a Petra si llueve»
La disposición del gran desfiladero y su inclinada geografía, favoreció importantes inundaciones por torrentes de agua, provocando la muerte de varios turistas junto a su guía. Por ello el gobierno jordano construyó unos muros para contener la llegada del agua y un túnel que cumple la función de desviarla.
Articulo publicado en la Revista Para Ti On Line
https://www.parati.com.ar/lifestyle/bajo-los-cielos-del-mundo-petra-jordania/