REPÚBLICA CHECA- PRAGA
Cuenta la leyenda que allá por el año 1400 un relojero, Jan Hanus, construyó este reloj que se hizo famoso en toda la región, tanto que los mercaderes desviaban su ruta para pasar a disfrutar del mismo en Praga.
Pasado un tiempo, un aristócrata alemán hizo una oferta al relojero para poder hacer una réplica del reloj en su país. Los concejales enfadados le quemaron los ojos y lo dejaron ciego para que no repitiera la obra. Apenado por no poder ver nunca mas su reloj, metió su mano y rompió el mecanismo sufriendo la perdida de ésta y muriendo desangrado en el lugar.
Se dice que el relojero con su muerte, maldijo el reloj y que cuando el mecanismo se detiene, saben que ocurrirá algo malo en la ciudad.
Las últimas veces que se paró, fue durante la invasión de los nazis y en el año 2002 cuando una grave inundación azotó la ciudad.
En los últimos días del conflicto de la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue bombardeada y uno de los edificios que sufrieron daños fue el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, pero destruyendo la parte contraria a la que esta el reloj.
El pueblo checo decidió no volver a construirla y en su lugar plantaron árboles signos de vida
Este reloj astronómico tiene varias particularidades: una de ellas es que se convierte en todo un escenario teatral con figuras animadas y otra es su capacidad de hacer una medición horaria según la estación en la que nos encontremos; mas corta en invierno y mas larga en verano.
Tiene dos esferas. La esfera inferior representa a los meses del año y el calendario tiene cuatro esculturas: un filósofo, un ángel, un astrónomo y un orador.
Y la esfera superior representa la órbita del Sol y la Luna.
Pero el principal atractivo, es el desfile de los doce apóstoles en la ventana cada vez que el reloj marca las horas.
Este desfile se inicia cuando un esqueleto que representa la Muerte, tira de una cuerda.
Este esqueleto forma parte de cuatro alegorías que acompañan a los apóstoles: La Vanidad representada por un hombre que sostiene un espejo, la Avaricia representada por un comerciante judío con su bolsa y la Lujuria representada por un príncipe turco con su mandolina. Nos explicaba el guía, que cuando se ponen en movimiento todas las figuras mueven sus cabezas negativamente, excepto La Muerte queriendo significar que ella siempre tiene la última palabra.