VIENA
Nos cuentan en Austria, que el protocolo de la corte exigía que la Emperatriz no podía utilizar el mismo par de zapatos mas de un día seguido, por lo que alrededor de tres pares usados al día, eran entregados a la primer dama de honor que se encargaba de distribuirlos. Sissi, renegaba de los compromisos del palacio y usaba sus zapatos largo tiempo antes de cambiarlos. Debido a esto, no era muy querida por sus sirvientes, pues privaba de esa manera que pudieran darlos o venderlos a otros.
El mismo protocolo se mantenia para los caballos del Rey Felipe IV que no podían ser montados nuevamente por otro hombre.
En toda Viena, las calesas y sus caballos son parte del paisaje urbano y tienen paradas en varios puntos de la ciudad. Las llaman » Fiakers» y precedieron a los taxis.

Cuidan sus caballos y los tapan con mantas

Caminando las calles Graben y Karntnerstrase, peatonales elegantes de la ciudad.

La Catedral de San Esteban o Stephansdom, el símbolo religioso más importante de Viena, se levantó sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban.
Viena es conocida como la Ciudad Imperial, la ciudad de la música clásica, de la ópera, de los museos y cuna de grandes compositores como Mozart y Johann Strauss. El 80% de su población son austríacos y el resto son ciudadanos que formaron parte del imperio Austrohúngaro: croatas, eslovenia, bosnio, húngaros y checos.