COMUNIDAD VALENCIANA – VALENCIA- ESPAÑA
LA COTORRA DEL MERCADO y EL PARDAL DE SAN JOAN – LA LONJA DE LA SEDA- «ESTÁS EN LA LUNA DE VALENCIA»
El temperamento de cada uno, hace que los viajes se planifiquen en gran parte inducidos por nuestra personalidad que busca en cada uno de ellos esa tradición de la que nos queremos impregnar. No solo el interés hacia determinadas actividades, sino también a las sorpresas que surgirán dentro de ese universo planificado que llevamos en la mente. Por eso cada viaje es único.
Muchos eligen los “all inclusive”, otros toman solo excursiones y varios como yo, se manejan por la vida a puro sentimiento .
Ciclismo en el Cauce del Río Turia
Busco mucha información antes de emprender un nuevo camino y gracias a ello parece que viajara dos veces al mismo sitio. La primera, mientras averiguo la nueva ruta y la segunda, cuando ya habiendo llegado a destino, la realidad me hace comprender las costumbres e idiosincracia de las personas que habitan ese pueblo, villa o aldea. Por eso, al entusiasmo y experiencia inicial de cada lugar nuevo que visito, surge posteriormente una alegre nostalgia cuando brota en mi memoria el recuerdo de lo vivido.
Así, los sentimientos se ponen en marcha y aparecen las palabras de ese mundo que he captado de una manera generosa, mediocre o entusiasta. Ese mundo nuevo, rico en leyendas y vivencias personales. Ese universo visto desde una perspectiva enfrentada con mis propios hábitos.
Así llegué a la ciudad de Valencia, una de esas ciudades llena de aromas, colores y fiestas. Una ciudad de bocadillos, tapas y fuentes callejeras para beber. Una ciudad de paellas, naranjos y de pan con tomate. Una ciudad con corridas de toros. Una ciudad que pasea sus santos en las procesiones y festeja con bailes típicos en la Plaza de la Virgen.Una ciudad con cuentos y memorias que forman parte de su herencia cultural.
La leyenda de la Cotorra del Mercado, cuenta que diariamente, mantenía un dialogo pícaro con el “Pardal de San Joan” ( que es la veleta de la Iglesia de los Santos Juanes ubicada frente a ella) contándole los chismes que había escuchado de la gente que pasaba por allí.
La del Pardal de San Juan, se recuerda con tristeza, pues esa veleta representada por el pájaro, era utilizada como una excusa durante la guerra por los padres que ya no podían darle de comer a sus hijos. Los llevaban frente a la iglesia y mientras los distraían para que miraran el Pardal de Sant Joan, se alejaban abandonándolos en la plaza, confiando en que alguien mas rico se hiciese cargo del niño.
Mira el pájaro niño, como tiene en su pico una bola, fíjate si la deja caer…..
”(Mira l’ocell xiquet, com té en el seu bec una bola, fixa’t si la deixa caure”)
A muy pocos metros de allí, declarada Patrimonio de la Humanidad y parecida a una fortaleza, esta La lonja de la Seda o de los mercaderes, sitio donde se reunían los comerciantes que venían de lejos para intercambiar todos tipo de productos, cerrando sus tratos en la Sala de las Contratación cuyas paredes exhiben una inscripción en latín que dice:
“ Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna”.
Esta frase escrita en latín, recuerda a los mercaderes que deben portarse bien o si no serán castigados.
Valencia fue considerada en siglos pasados como uno de los mayores burdeles de Europa y Josue Ferrer, habla del tema tabú nombrándola como la puebla de las hembras pecadoras.
Esto se ve reflejado en la mayoría de las gárgolas exteriores ( finales de una canaleta del techo por donde baja el agua) de la Lonja que parecen denunciar los vicios y corrupciones de la época. En la Edad Media, se esculpían figuras grotescas imitando cabezas de animales reales o mitológicos cuya función era resguardar los templos y atemorizar a los pecadores. En el caso de este edificio que no fue religioso, su presencia intenta espantar a los demonios y vicios para que se quedaran fuera del edificio.
Entrando a la Lonja, dentro de una de sus torres, hay un calabozo en el cual encerraban a los ladrones y comerciantes poco honrados y conectada con la sala de las Contrataciones pasamos a un bellísimo Patio de Naranjos.
Calabozo

La Lonja de la Seda, la ruta de la seda valenciana
Torres de Quart.
Las Torres de Quart, que eran parte de la muralla y otra de sus entradas, en la actualidad, han quedado en medio de la ciudad .
En la ciudad de Valencia, encontré el significado al que tanto se refería mi abuela materna, originaria de Santander, Cantabria, cuando decía a algunos de sus nietos o bisnietos: “ Estas en la Luna de Valencia” , un dicho que proviene de una Valencia amurallada que cerraba sus puertas como las Torres de Quart y las Torres de Serrano cada día con la puesta de sol cuando sonaban las campanas de la Catedral.
Los viajeros que llegaban mas tarde, no tenían otra alternativa que pasar la noche fuera de los muros a la intemperie, ”en la luna de Valencia”, frase que ha permaneciendo en la cultura popular para asignarlo a las personas rezagadas y distraídas.